Un invento argentino? Naaaa... Pero es sin lugar a dudas un producto que nos representa y hace a nuestra identidad. Carne, mate y dulce de leche. La trilogía gastronómica argentina.  El dulce de leche, después de la carne, está pisando muy fuerte fuera de nuestro país.
Sobre su nacimiento disiento con la leyenda tan difundida de la esclava de Rosas que se olvida la leche para el mate en el fuego. Creo más bien que sus orígenes pueden estar en los conventos americanos, vista su difusión por toda América latina. Además está muy en el espíritu de los dulces de monjas.
Manjar en Chile, manjar blanco en Perú, arequipe en Colombia, cajeta en México, son algunos de los nombres que recibe a lo largo de nuestro continente. Y si exploramos más lejos encontraremos también versiones rusa e india (pala kova).
Y es que se trata simplemente de hervir leche y azúcar por un tiempo prolongado. Puede requerir mucha paciencia, pero no de tanta ciencia.
Lo normal acá es comprarlo en cualquier supermercado. Variedad de marcas, consistencias, calidades... Casi nadie lo hace en casa, con el tiempo que lleva prepararlo. Pero siempre hay quien prefiere el dulce de leche casero al industrial.
Vamos entonces a la receta.

DULCE DE LECHE

2 1/2 litros de leche entera
500 g azúcar blanca
1/2 vainilla
pizca de bicarbonato de sodio
2 cdas de manteca.

* Se pone la leche, con la vainilla abierta, sobre fuego medio. Lo ideal o tradicional sería en una paila de cobre. Se mezcla ocasionalmente con cuchara de madera.
* Cuando hierve se echa el azúcar con el bicarbonato. Se revuelve más seguido.
* La mezcla se reduce notablemente. Y toma un lindo color casi canela. Después de alrededor de una hora y media se comienza a espesar. El movimiento de la superficie es distinto y se siente el perfume de la leche como caramelizada. En este punto hay que estar más atentos y girar continuamente.
* Cuando comenzamos a ver el fondo de la olla está casi listo. El punto dependerá de la consistencia deseada. Se puede ver retirando un poco en un platito frío. Agregar la manteca y revolver para darle brillo
* Si no se va a consumir inmediatamente se puede guardar en frascos esterilizados como cualquier mermelada.

Para dulces tipo repostería se puede "engordar" la leche entera con un poco de grasa de pella o vacuna, lo que hará que el resultado sea más consistente.

El dulce de leche tiene los más variados usos. Desde alfajores, pionono, tortas, en helados, para acompañar otros postres como el flan, con panqueques... En fin, que tenemos una obsesión con el dulce de leche los argentinos, como decían en un blog que no puedo reencontrar.

Pero una de las formas más simples, además de comerlo a cucharada pura, es untarlo sobre pan. Un sabor maravilloso de esos que te sumergen en las meriendas de la infancia...



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